Apostar según el tipo de jugador al que nos estemos enfrentando
En el poker hay que tener en cuenta muchos factores, empezando por nuestras cartas, las cartas comunes, lo que pensemos que tienen nuestros rivales, etc. En lo referente a nuestro rival, resultará fundamental en nuestro juego saber qué tipo de jugador es, su estilo de juego, y su estado de ánimo, entre otros factores.
Muchos jugadores de poker desarrollan su juego sin tener en cuenta al resto de jugadores, es decir, juegan sus cartas teniendo en cuenta únicamente otros factores como las probabilidades, su posición o el tamaño del bote, pero suele resultar interesante no perder de vista contra quién se juega en cada momento. De esta forma, se puede personalizar el juego según cada jugador, contando una historia individualizada a cada jugador.
Esto no quiere decir que siempre vayas a personalizar tu juego según cada jugador, este no es más que un recurso más a explotar según la información que se tenga de cada jugador. Pero sí que es cierto que puedes, y a veces debes, condicionar tu juego según contra qué jugador te estés enfrentando.
La agresividad puede así variar notablemente según contra qué jugador nos enfrentemos. Puede variar según estemos frente a jugadores más bien pasivos, frente a jugadores más bien agresivos, o bien si ya hemos jugado contra un jugador en particular y se sabe cuál suele ser su respuesta ante determinadas situaciones.
En una mesa de poker se puede ver como a veces se intenta poner nerviosos a los jugadores poco experimentados. Si un jugador con tablas detecta que un determinado jugador de la mesa no tiene mucha experiencia, puede recurrir a subirle la ciega una y otra vez con el fin de meterle presión, ponerle nervioso y desconcentrarle. Si el jugador que sufre las subidas constantes no es capaz de guardar la calma es muy probable que cometa algún error, y pierda un gran número de fichas. Esto consiste en mostrar una especial agresión con un jugador en particular, de esta manera si se consigue ponerle en un estado nervioso (tilt) , el atacante con gran probabilidad sabrá sacar provecho a su superioridad respecto al jugador nervioso. Si el jugador “atacado” es capaz de mantener la cabeza fría, y leer el ataque, podrá darle la vuelta a la tortilla.
Opuestamente, y por sentirse intimidado por algún jugador en particular, también puede suceder que veamos que algún jugador intentan evitar el contacto con un jugador en particular. Esto puede ser una muestra de debilidad pero que puede llegar a ser muy útil y necesario. Esta situación se puede dar si tenemos un especial respeto hacia un jugador, ya sea porque no podemos leer ninguno de sus movimientos, o porque es un jugador tan desconcertante que nos da “miedo” jugar contra él. Esto no quiere decir que vayamos a tirar inmediatamente las cartas siempre que nos veamos las caras con él, pero sí que podemos llegar a manejar nuestro juego para evitar jugar contra él en la medida de lo posible.
En definitiva en el poker es muy importante tener en cuenta la posibilidad de que algunos jugadores puedan adoptar un comportamiento diferenciado frente a algún jugador en especial. No dudes en ser tú el que clasifica a los jugadores y muestra un comportamiento diferente para cada uno de ellos. Y si ves un jugador más flojo, que sientas que pueda ponerse nervioso, estudia como ajustar tu estrategia para sacar provecho de la situación manteniendo la calma y el control, al igual que si eres el atacado.